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La salud del suelo pélvico es un componente esencial para un envejecimiento saludable para todas las mujeres. El estrógeno juega un papel importante en mantener fuertes y flexibles los tejidos de la vulva, la vagina, la vejiga y los músculos del suelo pélvico. Cuando los niveles de estrógeno caen debido a la menopausia, es común que las mujeres experimenten síntomas pélvicos, particularmente síntomas genitourinarios.
Estos síntomas, anteriormente conocidos como Vaginitis Atrófica o Atrofia Vulvovaginal (VVA), han pasado a denominarse en los últimos años ‘Síndrome Genitourinario de la Menopausia’ (GSM) para reflejar con mayor precisión los múltiples cambios que se producen durante la menopausia.
GSM es un término utilizado para describir los múltiples cambios anatómicos y funcionales que afectan los genitales externos, la vagina, la vejiga, la uretra y los tejidos del suelo pélvico que ocurren en la menopausia.
¿Por qué ocurre GSM?
La vagina, el vestíbulo de la vulva, la uretra y la vejiga contienen altos niveles de receptores de estrógeno. A medida que los niveles de estrógeno disminuyen con la menopausia, los tejidos de la vulva, la vagina y la uretra pueden adelgazarse y perder su elasticidad, se produce una reducción de la lubricación de la vagina y los músculos del suelo pélvico también se vuelven más delgados y menos flexibles.
Vaginales/vulvares:
Vejiga:
Sexuales:
Pesadez:
Con la menopausia, también pueden presentarse síntomas intestinales como incapacidad para controlar los gases e incontinencia fecal. Esto se debe a la debilidad de los músculos del suelo pélvico causada por la pérdida de estrógenos. Estos síntomas son más comunes en mujeres con una debilidad subyacente en los músculos del suelo pélvico, posiblemente causada por una lesión obstétrica durante el parto o antecedentes crónicos de estreñimiento o tos.
Se ha informado que los síntomas genitourinarios de la menopausia son molestos en más del 50% de las mujeres en menopausia. Desafortunadamente, debido a la naturaleza sensible de los síntomas, o quizás a la falta de conocimiento de las opciones de tratamiento, es posible que las mujeres no busquen asistencia médica. A diferencia de los sofocos y sudores nocturnos de la menopausia, que disminuyen y cesan con el tiempo , los síntomas pélvicos persisten o continúan progresando .
Dado que estos síntomas pélvicos persisten o continúan progresando, es importante consultar a su médico de cabecera o fisioterapeuta pélvico para formular un programa de manejo individualizado para optimizar su salud pélvica y su calidad de vida a largo plazo.
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