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A lo largo de la vida, las mujeres nos enfrentamos a desafíos y prejuicios basados simplemente en nuestro género. Primero te encuentras en pleno desarrollo, con ganas de salir adelante, con sueños e ilusiones y todas las ganas de comerte el mundo. Después llegas al clímax de tu carrera profesional, a ese punto en donde sabes que todo el esfuerzo ha redituado y te sientes plena y feliz. Pero, poco a poco, empiezas a sentir que algo extraño se acerca. No es casualidad que las mujeres empiecen a ser discriminadas justo en la etapa en la que, normalmente, se presenta la menopausia.

Alzar la voz es una buena manera de no perder todo por lo que has trabajado.

Gendered ageism” es el término en inglés para la discriminación de género por edad y es un problema real que aqueja a cientos de mujeres en el mundo laboral. Para poder entender a fondo lo que conlleva esta discriminación, podríamos empezar a definir ciertos conceptos.

EL “VIEJISMO” DE GÉNERO

En un estudio respaldado por Harvard Business Review, algunas mujeres de más de 60 años declararon que otras personas las consideraban como “indignas de progresar” o que sus voces no eran tomadas en cuenta en el ámbito laboral. Mientras los hombres parecen adquirir mayor experiencia y estatus con el tiempo, las mujeres viven otra realidad. 

Este fenómeno de “viejismo” de género (gender “ageism”) afecta a mujeres talentosas que, a pesar de contar con una gran experiencia, se ven afectadas y optan por buscar oportunidades fuera de su entorno habitual debido a la sensación de no ser escuchadas ni consideradas.

EL “JUVENILISMO” DE GÉNERO

Al igual que el término anterior, “juvenilismo” responde a “youngism”, la palabra anglosajona designada a este fenómeno. Varias mujeres han externado una distinción de trato entre las mujeres más jóvenes o las que parecen más jóvenes, donde las palabras de cariño, piropos, palmaditas en la cabeza o mejores modales son algunas de las actitudes que suelen tomar los colegas hacia las mujeres más jóvenes. A veces incluso pueden ser confundidas con estudiantes, becarias, o simplemente con un puesto más bajo del que en realidad ostentan. ¿Por qué debe ser así?

Este trato discriminatorio también afecta la credibilidad de las mujeres jóvenes en el entorno laboral. Sus palabras y habilidades frecuentemente no son tomadas en serio, lo que las obliga a esforzarse aún más para demostrar su valía, añadiendo una presión extra a sus responsabilidades diarias.

LA “MEDIANA-EDAD” EN FUNCIÓN DEL GÉNERO

Conociendo todo lo anterior, podría pensarse que las mujeres de mediana edad disfrutan de un trato más equitativo en comparación con las más jóvenes o mayores. Sin embargo, la realidad es distinta.

De hecho, se han recopilado declaraciones de líderes que textualmente dicen que prefieren no contratar a mujeres entre los 40 ó 60 años porque: “tienen demasiadas responsabilidades familiares y una menopausia inminente”. Otras voces mencionan que “tienen problemas relacionados con la menopausia y podrían ser difíciles de manejar”. Esta incapacidad para tener en cuenta las necesidades de las mujeres de mediana edad representa un gran obstáculo para acceder a nuevos puestos de trabajo o para mantener los actuales.

Lo que podemos concluir, es que en realidad las mujeres no tienen una edad “ideal” para ser líderes o ser tomadas en cuenta. De hecho, siempre habrá algo que objetar para que una mujer no llegue a desarrollar todo su potencial.

Al igual que Sísifo —aquel personaje condenado a subir aquella roca una y otra vez por una montaña sólo para ver cómo rodaba hacia abajo justo antes de llegar a la cima— las mujeres tienen que demostrar constantemente su valía en el trabajo…

CONSTRUIR CAMINOS PARA UNA CULTURA LABORAL INCLUSIVA

Muchas cosas pueden hacerse con respecto a la discriminación por edad en el trabajo, pero sin duda, lo primero es aceptar y visibilizar el problema. Hablarlo con claridad y fomentar una cultura colaborativa en donde se formen equipos o relaciones profesionales intergeneracionales y mixtos, para así buscar soluciones que a todos apoyen. 

Es esencial compartir información y educar sobre la menopausia, para que esta etapa natural no se convierta en un factor decisivo a la hora de contratar o despedir a una mujer. Si generamos espacios y diálogos para que se entienda esta etapa, podremos tener una mejor cultura de trabajo y prácticas hacia las mujeres. 

Tú, ¿cómo vives la menopausia en el trabajo? Platícanos tu experiencia laboral y si te has sentido identificada con alguna de estas prácticas. 

¡Recuerda que no estamos solas!

La edad perfecta para ser una mujer líder

A lo largo de la vida, las mujeres nos enfrentamos a desafíos y prejuicios basados simplemente en nuestro género. Primero te encuentras en pleno desarrollo, con ganas de salir adelante, con sueños e ilusiones y todas las ganas de comerte el mundo. Después llegas al clímax de tu carrera profesional, a ese punto en donde sabes que todo el esfuerzo ha redituado y te sientes plena y feliz. Pero, poco a poco, empiezas a sentir que algo extraño se acerca. No es casualidad que las mujeres empiecen a ser discriminadas justo en la etapa en la que, normalmente, se presenta la menopausia.

 

Alzar la voz es una buena manera de no perder todo por lo que has trabajado.

 

Gendered ageism” es el término en inglés para la discriminación de género por edad y es un problema real que aqueja a cientos de mujeres en el mundo laboral. Para poder entender a fondo lo que conlleva esta discriminación, podríamos empezar a definir ciertos conceptos.

 

EL “VIEJISMO” DE GÉNERO

 

En un estudio respaldado por Harvard Business Review, algunas mujeres de más de 60 años declararon que otras personas las consideraban como “indignas de progresar” o que sus voces no eran tomadas en cuenta en el ámbito laboral. Mientras los hombres parecen adquirir mayor experiencia y estatus con el tiempo, las mujeres viven otra realidad. 

 

Este fenómeno de “viejismo” de género (gender “ageism”) afecta a mujeres talentosas que, a pesar de contar con una gran experiencia, se ven afectadas y optan por buscar oportunidades fuera de su entorno habitual debido a la sensación de no ser escuchadas ni consideradas.

 

EL “JUVENILISMO” DE GÉNERO

 

Al igual que el término anterior, “juvenilismo” responde a “youngism”, la palabra anglosajona designada a este fenómeno. Varias mujeres han externado una distinción de trato entre las mujeres más jóvenes o las que parecen más jóvenes, donde las palabras de cariño, piropos, palmaditas en la cabeza o mejores modales son algunas de las actitudes que suelen tomar los colegas hacia las mujeres más jóvenes. A veces incluso pueden ser confundidas con estudiantes, becarias, o simplemente con un puesto más bajo del que en realidad ostentan. ¿Por qué debe ser así?

 

Este trato discriminatorio también afecta la credibilidad de las mujeres jóvenes en el entorno laboral. Sus palabras y habilidades frecuentemente no son tomadas en serio, lo que las obliga a esforzarse aún más para demostrar su valía, añadiendo una presión extra a sus responsabilidades diarias.

 

LA “MEDIANA-EDAD” EN FUNCIÓN DEL GÉNERO

 

Conociendo todo lo anterior, podría pensarse que las mujeres de mediana edad disfrutan de un trato más equitativo en comparación con las más jóvenes o mayores. Sin embargo, la realidad es distinta.

 

De hecho, se han recopilado declaraciones de líderes que textualmente dicen que prefieren no contratar a mujeres entre los 40 ó 60 años porque: “tienen demasiadas responsabilidades familiares y una menopausia inminente”. Otras voces mencionan que “tienen problemas relacionados con la menopausia y podrían ser difíciles de manejar”. Esta incapacidad para tener en cuenta las necesidades de las mujeres de mediana edad representa un gran obstáculo para acceder a nuevos puestos de trabajo o para mantener los actuales.

 

Lo que podemos concluir, es que en realidad las mujeres no tienen una edad “ideal” para ser líderes o ser tomadas en cuenta. De hecho, siempre habrá algo que objetar para que una mujer no llegue a desarrollar todo su potencial.

 

Al igual que Sísifo —aquel personaje condenado a subir aquella roca una y otra vez por una montaña sólo para ver cómo rodaba hacia abajo justo antes de llegar a la cima— las mujeres tienen que demostrar constantemente su valía en el trabajo…

 

CONSTRUIR CAMINOS PARA UNA CULTURA LABORAL INCLUSIVA

 

Muchas cosas pueden hacerse con respecto a la discriminación por edad en el trabajo, pero sin duda, lo primero es aceptar y visibilizar el problema. Hablarlo con claridad y fomentar una cultura colaborativa en donde se formen equipos o relaciones profesionales intergeneracionales y mixtos, para así buscar soluciones que a todos apoyen. 

 

Es esencial compartir información y educar sobre la menopausia, para que esta etapa natural no se convierta en un factor decisivo a la hora de contratar o despedir a una mujer. Si generamos espacios y diálogos para que se entienda esta etapa, podremos tener una mejor cultura de trabajo y prácticas hacia las mujeres. 

 

Tú, ¿cómo vives la menopausia en el trabajo? Platícanos tu experiencia laboral y si te has sentido identificada con alguna de estas prácticas. 

 

¡Recuerda que no estamos solas!

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