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El cuerpo es una máquina sorprendente que todos los días se enfrenta a cambios internos y externos que ponen a prueba su capacidad de adaptación para mantenerse en salud.
¿No crees que es necesario ayudarle?
El consumo de vitaminas en la etapa de menopausia es un acto de conciencia y justicia todo lo que nuestro organismo necesita. Nuestro papel consciente es darle al cuerpo más y mejores herramientas para enfrentar este lapso de vida.
Aquí te describimos las vitaminas más importantes:
A la vitamina C se le reconoce por aportar un efecto antioxidante, que ayuda a mitigar el deterioro de las células causado por los radicales libres. Este nutriente se puede encontrar en las frutas cítricas, como la guayaba y la naranja, así como en las frutas, verduras y alimentos fortificados con vitamina C.
Además, ayuda a producir estrógenos, por lo que puede disminuir algunas molestias de la menopausia ligadas a la disminución de esta hormona como fatiga, resequedad vaginal, cambios de humor o bochornos.
La vitamina D interviene en la formación de los huesos y en el mantenimiento de la salud ósea en general. Es clave para absorber el calcio que consumimos, por lo que resulta esencial para prevenir situaciones como la osteoporosis.
Esta vitamina se puede obtener por medio de la exposición al Sol, pescados grasos o suplementos dietéticos.
Entre los nutrientes necesarios durante la menopausia se enlista la familia de las vitaminas B, un grupo caracterizado por su diversidad y multiplicidad de beneficios. El famoso complejo B está conformado por:
B1 (tiamina)
B2 (riboflavina)
B3 (niacina)
B5 (ácido pantoténico)
B6
B7 (biotina)
B12
Ácido fólico
La principal función de las vitaminas B facilitar la generación de energía a partir de la comida, explican. Cada una de ellas tiene diversas propiedades para mejorar los síntomas durante la menopausia, como prevenir el estrés, reducir la hinchazón y la ansiedad, además de regular los niveles de glucosa en sangre y mantener el estado de la salud en general.
La vitamina E ayuda a aliviar síntomas como bochornos, sudores nocturnos, ansiedad, sequedad de la piel o insomnio. Asimismo, protege el corazón y evita el envejecimiento celular, especialmente de la piel.
Este nutriente se encuentra en los aceites vegetales, en los frutos secos, los vegetales de hoja verde, así como en suplementos.
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