Hablemos médicamente de la fatiga en la menopausia
Parecería que todos los caminos conducen a la fatiga.
Enumerar todas las posibles causas, es algo muy complejo, pero las causas más prevalentes son:
- Fluctuaciones hormonales: las hormonas no actúan solas. Están constantemente interactuando entre sí para producir ciertos efectos. Durante la menopausia, los desequilibrios hormonales pueden tener un efecto directo e indirecto en los niveles de energía.
- El estrógeno y la progesterona: a medida que estas hormonas comienzan a fluctuar durante la perimenopausia, muchas mujeres experimentan síntomas como estrés, ansiedad y trastornos del sueño, lo que al final deriva en fatiga.
- El cortisol (nuestra hormona del estrés): se eleva porque estamos envejeciendo y entramos en una etapa compleja de nuestras vidas. Hijos, trabajo, cuidar de nuestros padres y definitivamente, el sueño puede verse afectado. ¡Se acaba de formar la tormenta perfecta! El aumento del cortisol conduce a un sueño deficiente, lo que conduce a la fatiga, lo que causa estrés, lo que conduce a más cortisol… es un círculo vicioso.
- La testosterona: promueve la energía y la vitalidad a través de los glóbulos rojos, y está en declive cuando llega la menopausia.
- La tiroides: aunque no está directamente relacionada con la menopausia, la hormona tiroidea juega un papel clave en el metabolismo. Si tu cuerpo no está produciendo lo suficiente, también conocido como hipotiroidismo, puedes experimentar fatiga, aumento de peso, piel seca y adelgazamiento del cabello (¿te suena familiar?). El riesgo de hipotiroidismo aumenta del 3% a los cuarenta años al 10% cuando cumple sesenta y cinco años. Si experimentas fatiga significativa, habla con tu doctora para que te revisen los niveles de tiroides. Es un simple análisis de sangre.
- Las deficiencias vitamínicas: dejando a un lado las deficiencias hormonales, hay ciertas deficiencias vitamínicas que pueden causar un aumento de la fatiga durante la menopausia, incluido el hierro (cuya falta causa anemia), las vitaminas B (especialmente la B12) y la vitamina D, que con una dosis de máximo 10 minutos al sol 3 veces por semana, puedes suplir la disminución de la Vitamina D.
- Las condiciones emocionales: ciertas condiciones emocionales pueden tener un efecto marcado en nuestros niveles de energía. La fatiga y la salud emocional son bidireccionales, lo que significa que la depresión y la ansiedad pueden resultar en sentirse fatigada.
Condiciones de salud física:
- Anemia: falta de suficientes glóbulos rojos sanos para transportar oxígeno a los tejidos de su cuerpo, que como resultado te sientes fatigada.
- La apnea obstructiva crónica del sueño: se caracteriza por una respiración anormal, específicamente pausas prolongadas en la respiración durante el sueño debido a una obstrucción de las vías respiratorias superiores. Es posible que no sepamos que lo tenemos; a menudo, el único síntoma es sentirnos cansados a pesar de que podemos estar durmiendo toda la noche. Pídele a tu pareja o alguien que esté cerca de ti, que te avise si roncas mucho mientras duermes, si es así sería interesante que los consultes con tu doctora.

Hablemos de las opciones para tratar la fatiga
Tratamientos
Para saber si tus síntomas de fatiga justifican una visita a tu doctora, pregúntate lo siguiente:
- ¿Estás durmiendo de 7 a 9 horas por noche y TODAVÍA te sientes cansada?
- ¿Te han dicho que roncas mucho mientras duermes?
- ¿Te preocupa quedarte dormida mientras conduces, o asistes a una reunión importante para tu actividad laboral?
Si tu fatiga es abrumadora o afecta negativamente tu calidad de vida, identificar las causas subyacentes es de suma importancia.