El día a día de los síntomas urinarios relacionados con la menopausia

Los problemas urinarios durante la menopausia incluyen:

• Nicturia: te despiertas a medianoche para ir al baño, en pocas palabras duermes mal.
• Cambios en la frecuencia urinaria: qué tan seguido vas y cuando pierdes la cuenta de cuántos viajes al baño has hecho ese día.
• Urgencia: ¡Tienes que ir ahorita! 
• Incontinencia urinaria: cuando hay…fugas… incluyendo cuando toses o estornudas (esto es muy común y se llama incontinencia de esfuerzo), o fuga cuando tienes urgencia.
• Infecciones del tracto urinario (ITU): son un problema bien conocido. Es posible que hayas experimentado una infección urinaria por primera vez cuando te volviste sexualmente activo. Tal vez no experimentaste una ITU durante varios años después de aprender algunos pasos básicos para ayudar a prevenir tales infecciones. Ahora, al entrar en la menopausia, estás experimentando ITU nuevamente, y puede que te preguntes por qué. Esto se debe a que los cambios en los niveles hormonales durante la menopausia pueden hacer que los tejidos de la uretra se vuelvan más vulnerables a las infecciones. También es más probable que experimentes una infección del tracto urinario después de la menopausia, si tuviste infecciones recurrentes en tu juventud o si tienes una condición de salud que aumenta tu susceptibilidad a la infección, como la diabetes mellitus tipo 2.

La infección limitada a la uretra y la vejiga puede ser dolorosa y molesta. Sin embargo, pueden ocurrir consecuencias graves si la infección se propaga a los riñones. Por lo tanto, si experimentas signos y síntomas de una infección (urgencias intensas y frecuentes de orinar, una sensación de ardor al orinar, orina que parece turbia o tiene un olor fuerte), no los ignores. También su origen puede ser una infección vaginal por lo que una revisión y toma de citología es muy útil para descartar o en su caso dar tratamiento. Con gran frecuencia al tratar el problema vaginal desaparecen las molestias urinarias.

Los síntomas urinarios a menudo se agrupan con problemas como sequedad vaginal, irritación, ardor, picazón de la vulva, dolor durante el sexo y reducción de la excitación. Todos estos síntomas constituyen el síndrome genitourinario de la menopausia.

Aprendamos un poco de anatomía.
Para comprender mejor la incontinencia urinaria y otras afecciones pélvicas, es útil saber lo básico de los órganos y estructuras clave.

• Sistema reproductivo femenino: está compuesto por aquellos órganos asociados con la reproducción. Se encuentra en gran parte detrás de la vejiga y justo encima del suelo pélvico. Este sistema consta de dos ovarios, dos trompas de Falopio, el útero y los genitales externos.
• Ovarios: producen las hormonas estrógeno, progesterona y testosterona y albergan los óvulos femeninos (óvulos). Cada mes durante la ovulación, uno de los ovarios libera un óvulo en la trompa de Falopio adyacente. El óvulo viaja por la trompa hasta el útero.
• Útero: órgano en forma de pera con paredes gruesas, compuesto principalmente por poderosos músculos. Cuando un óvulo fertilizado llega al útero, se implanta dentro de la pared uterina y comienza a desarrollarse un bebé. Si el óvulo no se fertiliza, se degenera y el revestimiento del útero se desgasta durante la menstruación. Los genitales externos, que incluyen el monte de Venus, los labios mayores y menores, el clítoris y la abertura vaginal (vestíbulo), se denominan vulva. Contienen glándulas que secretan sustancias para lubricar la abertura vaginal.
• Tracto urinario: tu sistema urinario tiene dos partes principales: la superior y la inferior. 
  Tracto urinario superior: consta de dos riñones, cada uno unido a un tubo muscular largo llamado uréter. Los riñones son el sistema de filtración principal de tu cuerpo, eliminando el exceso de líquido y desechos de su torrente sanguíneo para producir orina. Los uréteres llevan la orina a la vejiga y la transportan en cantidades pequeñas y constantes.
  Tracto urinario inferior: consta de la vejiga, un tubo de drenaje delgado en la base de la vejiga llamado uretra y los esfínteres uretrales interno y externo. Los nervios transmiten señales desde la vejiga al cerebro para avisarle cuando la vejiga está llena. Tu cerebro responde a su vejiga cuando es hora de orinar.
  Músculos del piso pélvico: Los músculos del suelo pélvico desempeñan un papel de apoyo en el almacenamiento y la liberación de la orina. Cuando orinas, los músculos del piso pélvico se relajan, lo que permite que la orina salga de tu cuerpo con facilidad. Cuando no estás orinando, los músculos del suelo pélvico se contraen ligeramente y retienen la orina. Debido a que estos músculos están bajo control voluntario, puedes fortalecerlos con ejercicios de Kegel. Para más información lee AQUÍ

Y ahora comprendamos la incontinencia.
Otro problema urinario que se vuelve más común en la época de la menopausia es la incontinencia, la fuga de orina como resultado de la disminución del control de la vejiga. Si has lidiado con este problema, sabrás que puede ser frustrante y vergonzoso. Pero no dejes que la vergüenza saque lo mejor de ti. La incontinencia se puede tratar, por lo que es importante hablar sobre su situación con tu doctora.

Tipos de incontinencia.
No todas las incontinencias son iguales. La fuga de la vejiga puede ocurrir por diferentes razones. Los tipos más comunes de incontinencia incluyen:

• Incontinencia de esfuerzo: la orina se escapa cuando ejerces presión sobre la vejiga al toser, reír, hacer ejercicio o levantar algo pesado.
• Incontinencia de urgencia: tienes una necesidad repentina e intensa de orinar seguida de una pérdida involuntaria de orina. Es posible que necesites orinar con frecuencia, incluso durante la noche. Estos síntomas a menudo se conocen como vejiga hiperactiva.
• Menopausia: existe una relación directa entre la disminución de la producción de estrógeno y el desarrollo de la incontinencia. Los revestimientos de la vejiga y la uretra se vuelven menos elásticos y tienen menos capacidad para permanecer cerrados.
• Envejecimiento: la incontinencia urinaria no es una parte normal del envejecimiento, es decir, no ocurre naturalmente en todas las personas, pero es más común con la edad. Y si no prestas atención a la llamada del baño con la suficiente prontitud, pueden ocurrir fugas. ¡oh sí!
• Aumento de peso: en general, cuanto más pesas, más probable es que experimentes incontinencia urinaria. Tener un sobrepeso significativo ejerce una mayor presión sobre la vejiga y los músculos, estructuras y nervios circundantes, debilitándose y permitiendo que la orina se escape, especialmente cuando toses o estornuda.